
España es uno de los catorce estados miembros de la Unión Europea que opera centrales nucleares, una tecnología que ha sido parte del panorama energético español desde mediados del siglo XX.
La energía nuclear en España representa más del 20% de la generación eléctrica, aunque su peso en el mix energético ha fluctuado con el tiempo, especialmente a medida que las energías renovables, como la eólica y la solar, han ganado terreno.
Contexto histórico de la energía nuclear en España
El desarrollo de la energía nuclear en España comenzó en 1964, con la construcción de las primeras centrales nucleares. La Central Nuclear de José Cabrera, la de Santa María de Garoña y la de Vandellós I fueron los primeros proyectos en el país, marcando el inicio de una era de expansión nuclear que continuó durante las décadas siguientes.
Durante los años 70, España vivió un fuerte impulso en la construcción de centrales nucleares, con la intención de diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia del petróleo. Sin embargo, la crisis del petróleo de 1973 y el miedo a los riesgos de la energía nuclear llevaron a una moratoria nuclear en 1984, bajo el gobierno socialista, que afectó varios proyectos en curso, incluidos tres proyectos de plantas nucleares de tercera generación.
A pesar de la moratoria, dos plantas nucleares de tercera generación, la central nuclear de Trillo y la central nuclear de Vandellós II, entraron en funcionamiento en las décadas de los 80 y 90, antes de que la moratoria fuera ratificada oficialmente en 1994. En 2011, el gobierno español eliminó las restricciones legales sobre la vida útil de las centrales nucleares, lo que permitió que algunas de ellas operaran más allá de los 40 años inicialmente previstos.
Centrales nucleares activas en España
Actualmente, España tiene siete reactores nucleares en funcionamiento, con una capacidad total de 7.121 MWe. Estas centrales se distribuyen entre diferentes generaciones:
- Centrales de Primera Generación: Estas fueron las primeras construidas y están en funcionamiento desde los años 60 y 70. Incluyen la central de José Cabrera (desmantelada en 2020), Santa María de Garoña (cerrada en 2013) y Vandellós I (cerrada en 1989).
- Centrales de Segunda Generación: Construidas principalmente durante los años 70 y 80, estas incluyen la central nuclear de Ascó I, la de Almaraz, y otras que no fueron completadas debido a la moratoria.
- Centrales de Tercera Generación: Iniciadas en los años 80, se completaron proyectos como Trillo y Vandellós II. Son las más modernas de las centrales nucleares españolas.
Central nuclear de Almaraz (Cáceres)
La central nuclear de Almaraz, situada en la provincia de Cáceres, tiene dos reactores de agua a presión (PWR) que generan alrededor de 1.000 MW cada uno. Comenzó a operar en 1983 y es una de las mayores productoras de electricidad de España. La planta utiliza uranio como combustible y sus residuos se gestionan en El Cabril. Almaraz ha sido objeto de importantes inversiones para modernizar sus sistemas de seguridad y mejorar su eficiencia. Se espera su cierre progresivo entre 2025 y 2030, según el plan del gobierno.
Central nuclear de Ascó (Tarragona)
Situada en Tarragona, la central nuclear de Ascó cuenta con dos reactores de agua a presión, Ascó I y Ascó II. El primero comenzó a operar en 1984 y el segundo en 1986. Es una de las plantas nucleares más importantes en cuanto a capacidad de producción eléctrica. Además, Ascó se ha destacado por su mantenimiento de altos estándares de seguridad. La central ha sido sometida a varias actualizaciones tecnológicas para asegurar su operatividad y seguridad en el futuro, aunque también está prevista su desactivación progresiva en los próximos años.
Central nuclear de Cofrentes (Valencia)
Ubicada en la provincia de Valencia, la central nuclear de Cofrentes dispone de un reactor de agua en ebullición (BWR), con una capacidad de 1.070 MW.
Inició su funcionamiento en 1984 y es una de las plantas nucleares más eficientes del país. Cofrentes ha estado en constante proceso de modernización, con inversiones significativas en su infraestructura y seguridad.
La central está prevista para ser desactivada entre 2025 y 2030, en línea con las políticas del gobierno de cierre gradual de las centrales nucleares.
Central nuclear de Trillo (Guadalajara)
La central nuclear de Trillo, en Guadalajara, comenzó a operar en 1988. Posee un reactor de agua a presión (PWR) con una capacidad de 1.066 MW.
Trillo es una de las centrales más modernas de la tercera generación en España. A lo largo de su vida útil, ha sido objeto de mejoras en seguridad y eficiencia. Su producción energética abastece a una parte significativa del sistema eléctrico español.
La central está incluida en los planes de cierre progresivo del gobierno, aunque aún no se han establecido plazos definitivos para su cierre.
Central nuclear de Vandellós II (Tarragona)
La central nuclear de Vandellós II, también ubicada en Tarragona, tiene un reactor de agua a presión con una capacidad de 1.000 MW. Inició operaciones en 1988, aunque el proyecto original de la central de Vandellós fue más ambicioso.
Después de la desactivación de la primera planta de Vandellós (Vandellós I), Vandellós II se mantuvo como una de las plantas nucleares más relevantes del país. Ha recibido varias modernizaciones en su infraestructura y sigue siendo una de las fuentes clave de generación eléctrica, aunque su futuro también está marcado por el plan de cierre progresivo.
Plantas nucleares inactivas o desmanteladas
Central nuclear de José Cabrera (Guadalajara)
La central nuclear de José Cabrera, situada en Guadalajara, fue la primera planta nuclear de España, comenzando a operar en 1968. Su reactor era de agua a presión y su capacidad de generación eléctrica era de aproximadamente 150 MW.
Después de varias décadas de operación, se decidió su cierre definitivo en 2006, convirtiéndola en un ejemplo de planta que fue desmantelada.
A pesar de su cierre, José Cabrera sigue siendo relevante en términos de gestión de residuos radiactivos y como un modelo de transición de una planta operativa a una cerrada.
Central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos)
La central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, comenzó su operación en 1971. Contaba con un reactor de agua en ebullición (BWR) y una capacidad de 466 MW.
A lo largo de su vida útil, la planta fue objeto de varios procesos de modernización. Sin embargo, en 2013 se cerró definitivamente debido a un proceso de evaluación y por la imposibilidad de renovar la licencia de funcionamiento.
Aunque no está operativa, sigue siendo un punto de referencia en el debate sobre el futuro de la energía nuclear en España.
Central nuclear de Vandellós I (Tarragona)
La Central Nuclear de Vandellós I, también situada en Tarragona, comenzó a operar en 1972 con un reactor de gas (GCR). Tenía una capacidad de 500 MW, pero en 1989, después de un incendio que afectó la central, se cerró de manera provisional.
En 1990, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) recomendó su cierre definitivo debido a problemas de seguridad y a la antigüedad de la planta. Posteriormente, se llevó a cabo un proceso de desmantelamiento que culminó con la eliminación de la infraestructura y la gestión de sus residuos radiactivos.
Gestión de residuos y protocolo internacional
España gestiona los residuos radiactivos en el Almacén Centralizado de El Cabril, en Córdoba, donde se almacenan los residuos de baja y media actividad. Además, España sigue los compromisos del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) como un estado sin armas nucleares y mantiene acuerdos con organismos internacionales como el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) y Euratom.
El futuro de las centrales nucleares en España
En 2020, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico presentó el Plan Nacional Integral de Energía y Clima 2021-2030, que establece como objetivo el cierre progresivo de las centrales nucleares que aún operan en el país. Este plan se alinea con los compromisos de España con la lucha contra el cambio climático y la transición hacia energías más limpias. Se prevé que entre 2025 y 2030 se cierren las centrales de Almaraz, Ascó I y Cofrentes, aunque los plazos pueden ajustarse dependiendo de las circunstancias.
A nivel europeo, España forma parte de un grupo de cinco países que ha solicitado que la energía nuclear quede fuera de las ayudas financieras para energías renovables, argumentando que la energía nuclear no debe beneficiarse de incentivos destinados a combatir el cambio climático. Este posicionamiento refleja la ambivalencia de la energía nuclear en el contexto de la transición energética, donde se debate su papel en la reducción de emisiones y en la seguridad energética frente al auge de las energías renovables.